Con motivo de la celebración del Día del Padre en España hemos entrevistado a Mark Connell, padre de Christina, antigua alumna de Business en la Universidad de Hult. Esto es lo que nos ha contado:
¿Cuándo decidieron que su hija estudiara fuera de España y qué criterios tuvieron en cuenta?
Cuando tenía 12 años; fue ella quien decidió pasar los veranos en el extranjero. Al elegir universidad, tras evaluar varias opciones por sus referencias académicas (en dirección de Empresas – ADE) optamos por HULT después de valorar su enfoque multicultural, la posibilidad de rotar por países y la cercanía a la empresa. Londres es quizá la mejor ubicación del mundo para este entorno y HULT cumplía con todos los criterios.
¿Por qué escogieron/ se interesaron en la universidad de Hult?
Christina tenía opciones para entrar en otras universidades, pero habíamos tenido excelentes experiencias previas con EF (mismo grupo) y HULT era una universidad con buen ranking internacional y la triple corona (acreditación internacional). Con enfoque muy práctico, tiene un valor incalculable con sus más de 125 nacionalidades distintas entre estudiantes y profesorado. Eso hacia HULT muy interesante, divertida y creaba una red de contactos tremenda. Además, el proceso de selección nos pareció muy serio y claro.
Al hacer la familia el balance de las ventajas e inconvenientes, ¿cuál era el principal inconveniente o preocupación y cómo lo solventaron?
Por supuesto, elegir la universidad fue complicado pero lo más difícil era asumir que los próximos años no estaría en casa. Aun así, todos tomamos encantados la decisión al conocer de cerca la universidad, su entorno, su gente. Las reuniones con los responsables y visitas a Londres nos generaron gran tranquilidad.
¿Cómo se sintieron durante todo el proceso para solicitar plaza en Hult?
Desde el principio, la oficina que tienen en Bilbao, nos ayudó con todo el proceso, con transparencia y claridad. Estábamos muy tranquilos, y las visitas al campus de Londres, disiparon todas las dudas que como padres podíamos tener. Ella siempre estuvo muy animada.
En el contexto COVID: ¿cómo se ha adaptado la universidad a la enseñanza virtual y cómo valoran su respuesta a esta situación?
El proceso afectó al último cuatrimestre. La adaptación fue fácil y rápida. Le damos máxima puntuación por el sistema tecnológico elegido para la continuidad de las clases y actividades. Los profesores y el staff se volcaron. Fue una lástima no poder celebrar in situ la graduación, pero se entendió, y la ceremonia virtual fue fantástica.
¿Se han arrepentido o reconsiderado su decisión en algún momento?
Nunca. Las expectativas se cumplieron plenamente. Todo ha ido genial.
Desde su experiencia ¿Qué consejo darían a otros padres que tengan a sus hijos en edad de estudiar en la universidad?
Elegir ahora universidad es más complicado que en nuestra época, por la gran variedad de ofertas de grados y distintas opciones. Pero es ponerse a ello. Hay que implicarse, dedicarle tiempo y mucha ilusión, merece la pena.
La incertidumbre que genera pensar si la decisión es la acertada es normal, pero lo es.
Nosotros valoramos la calidad y referencias de las universidades a las que Christina optó, pero ella, además, dio mucha importancia al programa de estudios y a la posibilidad de hacerlo en el extranjero y, además, en un entorno internacional cercano a la empresa, estaban otros aspectos de relevancia como era, por ejemplo, Hult Prize.
Todo ello nos ayudó a descartar otras universidades y, a partir de allí, fue más fácil. Cuanto más investigamos, más nos gustaba Hult. El grado y las distintas posibilidades, su entorno multicultural, con ese enfoque business y un campus tan agradable, ayudaron a tomar la decisión, sin ningún género de dudas.
¿Y sobre la educación en Hult?
Con la experiencia que nos da que nuestra hija haya terminado ya su grado (está trabajando desde entonces), podemos decir que la educación en HULT es intensa, completa, práctica y muy participativa. Pero, lo más importante: es multicultural y divertida, con muchos retos y actividades paralelas que permiten ir más allá de lo académico. Eso no tiene precio.
Christina pudo estudiar y practicar nuevas tendencias, enfoques distintos, disfrutar de la experiencia asiática en su rotación en Shangai, hacer nuevos amigos…
Desde entonces todos somos Hultianos en la familia.