¿Sabes esa sensación cuando tomas café un domingo por la mañana mientras llueve y te preparas para pasar todo el día en casa? Eso es hygge, y los daneses son expertos en ello.
Mi nombre es Gemma y llegue hace tres años a Copenhague. Desde bachillerato, la idea de irme a otro país durante unos meses y aprender nuevos idiomas me rondaba la cabeza. Así que cuando acabe me decidí y me mude a Dinamarca. Empecé mi aventura como au pair, trabajando para una familia medio danesa medio inglesa. Trabajando ahí el horario me dio la oportunidad de aprender danés en mi tiempo libre, así que lo aproveche para aprender el idioma. Y en cuestión de meses me enamore de Copenhague, la ciudad es preciosa, alberga muchísimas culturas en ella y oportunidades para estudiantes internacionales.
En Copenhague no importa cuales sean tus hobbies, siempre encontraras un evento al que acudir, gente con la que hablar, museos que visitar… Y si, ya sé lo que debes pensar, hace muchísimo frio durante la mitad del año… pero aquí es donde la magia de este país nace ¡Los daneses son expertos en crear momentos especiales dentro de casa!
En Dinamarca he vuelto a descubrir lo divertido que es jugar a juegos de mesa con tus amigos mientras te tomas un café, lo bonita que es la luz que te da una vela y lo fantástico que es pasar un domingo en pijama escuchando llover mientras miras películas de Disney.
Después de mi primer año en Dinamarca decidí que quería estudiar aquí, y en mi segundo año finalmente mande distintas solicitudes a diferentes escuelas. Tuve la suerte de ser aceptada en CPH business, y tras un año estudiando turismo aquí me estoy planteando seguir mis estudios en esta misma escuela.
El sistema educativo escandinavo favorece la proactividad en las clases. Te hace ser un elemento participativo en el aula y consigue que hasta el tópico mas aburrido te cree interés. En CPH business, el profesorado es encantador y muy atentos. Son conscientes de que el alumnado es internacional en su gran mayoría, y siempre están dispuestos a ayudar si lo necesitas. Las clases son muy relajadas y tienes espacio para discutir tus ideas. Las clases son basadas en la práctica y se trabaja constantemente en grupos, lo cual ayuda a desarrollar empatía y aporta muchas herramientas a la hora de comunicarte en un grupo.
Una de las cosas que mas aprecio de mi escuela es el hincapié que ponen en crear tu ‘network’. Por ejemplo, en mi segundo semestre tuvimos que organizar un evento desde cero. Fue una experiencia fantástica, tuve la oportunidad de ponerme en contacto con muchísimas compañías, locales que pudieran acoger el evento, voluntarios… Todo esto me ha ayudado muchísimo a la hora de buscar compañías para trabajar mas tarde en otros proyectos, e incluso encontrar trabajo.
Estudiar fuera de casa puede ser algo duro al principio. No importa lo independiente que seas, al cabo de unos meses todos echamos de menos nuestro país. Pero una vez pasas esa etapa empiezas a darte cuenta de lo especial que es el país donde estas ahora, y empiezas a apreciar los pequeños detalles de la cultura. Por ejemplo, a mí me encanta que los daneses den las gracias por el día que han pasado cuando se despiden de sus amigos. En definitiva, creo que viajar siempre enriquece, estudiar fuera es una experiencia única, y Copenhague es de los mejores lugares que puedo imaginar para hacerlo.